La actividad de la Semana de la Moda de Nueva York se trasladó este lunes a Brooklyn, donde desfilaron propuestas tan singulares como exquisitas de Tory Burch y Diotima, tras el arranque de Zankov en Chelsea.
Tory Burch: moda en una catedral de las finanzas
Nadie puede discutir la exquisita sensibilidad de Tory Burch para escenificar un desfile, especialmente esta temporada, cuando presentó su colección en el interior del rascacielos residencial de lujo One Hanson Place.
Antigua sede del Williamsburg Savings Bank, el vestíbulo principal de esta "catedral de las finanzas" de los años treinta (una mezcla de arquitectura románica y bizantina) se convirtió en el escenario perfecto para una colección ecléctica que fusionaba el sportswear americano, tejidos con aspecto desgastado y un aire de imperfección desenfadada.Aunque diversa en sus referencias, la colección mantuvo un discurso coherente y claro. Pocos diseñadores entienden hoy en día tan bien como Burch las necesidades de las mujeres activas y ocupadas. Sus prendas tienen un acabado impecable sin resultar nunca remilgadas.
Asume riesgos, como hizo con una impecable serie de faldas y vestidos de talle bajo, y los resuelve con aplomo. Crea jerséis de seda con monograma, pero los mantiene juguetones con un aluvión de letras. Drapea vestidos midi plisados en viscosa fluida con energía.La estética de Tory es fresca, cerebral y femenina, pero sin caer en lo empalagoso ni en lo anodino. Sus modelos parecían mujeres con una agenda apretada y mucho garbo, armadas con un nuevo y magnífico bolso Lee Radziwill, desfilando todas ellas con una confianza suprema.No es de extrañar que en su front row estuvieran Naomi Watts, Qin Lan, Tessa Thompson y Emma Roberts."Pensamos en la complejidad de la mujer y en las distintas facetas de su estilo. Feminidad y fuerza, precisión e imperfección. El choque entre la sastrería impoluta y los estampados florales naïf, entre diminutos abalorios y cuero desgastado”, explicó Burch, que saludó con una amplia sonrisa mientras los aplausos resonaban bajo el techo de mosaico dorado.
Diotima: desafiando el colonialismo a través del carnaval
El colonialismo, y la respuesta de la cultura caribeña a ese mal a través de la tradición del carnaval, fue el tema de una colección innovadora e intrigante a manos de Diotima esta temporada.Aun tomando prestados arquetipos carnavalescos, la propuesta estaba muy lejos del disfraz o del vestuario para comparsas. La fundadora de Diotima, Rachel Scott, evocó personajes clásicos del carnaval, con nombres como Baby Doll o Dame Lorraine, para transformarlos en prendas de aire cool y absolutamente ponibles, más que en declaraciones teatrales.Mezcló elementos deportivos con alta costura: un top de punto sin mangas con capucha y pantalones rematados por una falda superpuesta elaborada con jirones de gasa; minichalecos combinados con faldas de punto de crepé de viscosa mate. Sus bodis de punto con lentejuelas y acabado en espiga prometen convertirse en piezas icónicas, destinadas a ser replicadas tanto por diseñadores de menor rango como por las grandes cadenas distribución.Scott drapea y esculpe como las mejores; su pericia quedó patente en unos fabulosos redingotes de crepé sin solapas, superpuestos de forma asimétrica por debajo de la cintura.Reunió todos sus recursos y técnicas en una gran serie de looks de noche, presentados por un elenco maquillado al estilo del festival callejero J’Ouvert, propio del amanecer, con manchas de barro plateado. Antes de un cierre magistral con vestidos de plumas y enaguas etéreas.La alta costura de carnaval recibió una enorme ovación cuando Scott salió a saludar en el interior de un viejo almacén de Greenpoint, con las paredes maltrechas como telón de fondo.Ganadora en 2024 del premio CFDA a la mejor diseñadora de moda femenina estadounidense, Scott ha sido nombrada recientemente directora creativa de Proenza Schouler. En pocas palabras, Scott, nacida en Jamaica, es hoy la diseñadora más original del continente americano.
Zankov: punto y rayas en Chelsea
La jornada del lunes arrancó con el debut en pasarela de Henry Zankov, cuyas colecciones de punto no han pasado desapercibidas últimamente.Zankov es otro recién premiado: en 2024 se alzó con el título de mejor diseñador emergente del año de Google Shopping.Así que, aunque se trataba de su bautismo oficial en las pasarelas, el desfile logró atraer a compradores de Neiman Marcus, Harrods, Selfridges, Bergdorf y de Sherri McMullen, cuya cadena de boutiques en torno a San Francisco le ha valido la fama de cazadora de nuevas tendencias.Presentada en el interior de una galería de arte completamente blanca de Chelsea, ante apenas 150 invitados, la colección resultó agradable y bien construida, aunque el desfile no llegó a despegar del todo.Con algunos tejidos sorprendentes, como linos de arpillera termopegados o intarsias de cuadros arrugados, las piezas de Zankov parecían novedosas, pero también extrañamente retro, con un exceso de rayas al más puro estilo camiseta de fútbol, tiras tipo “carwash” y previsibles vestidos largos de punto con lentejuelas. Además, un estilismo con pañuelos en la cabeza y gafas de sol extravagantes recordaba inevitablemente a los primeros desfiles de Gucci de Alessandro Michele, de hace media década. No es precisamente un look de plena actualidad.
