Doble sorpresa en Sunnei. Primero, un desfile que en realidad no lo era. Luego, un anuncio inesperado dos horas después. En un comunicado difundido el viernes por la noche, Loris Messina y Simone Rizzo explicaron que abandonan su marca de prêt-à-porter femenino y masculino. "Tras diez años, sentimos la necesidad urgente de cambiar de forma, pero no de dirección. Seguiremos trabajando en el ámbito de la creatividad, con aún más libertad, radicalidad y ganas de experimentar", declararon en una breve nota.
Unas horas antes, el dúo detrás de Sunnei se permitió el lujo de no mostrar ni un solo look ante una sala repleta de invitados. En lugar del desfile tradicional, en plena "fashion week" escenificaron una subasta más real que la vida misma, con la complicidad de Christie's, en una denuncia apenas velada contra la mercantilización de la creatividad.Cuando todos tomaron asiento en lo que parecía ser una sala de espectáculos, con un antiguo atril de madera en el centro del escenario, marcado con el nombre Christie's en grandes letras doradas, una voz anunció que no se trataba de un desfile, sino de "un acto urgente". Acto seguido, unos asistentes repartieron entre el público lo que bien podría parecerse al catálogo con los lotes a subastar, sus descripciones y los precios estimados.
Primera sorpresa: los únicos dos lotes presentados eran dos enormes cajas de madera. El primer lote se describió como "testimonio del 'made in Italy', impregnado de creatividad y de una estética audaz", mientras que se precisó que el segundo "se vendía en pareja". "La obra se caracteriza por un diálogo continuo entre lo digital y la realidad física, extendiéndose a proyectos multidisciplinares que difuminan las fronteras entre la moda, el diseño y la exploración estética".En ese momento, los modelos entraron en la sala para colocarse detrás de dos enormes balaustradas a ambos lados, simulando a los compradores, con el teléfono pegado a la oreja, mientras el subastador se situaba en el atril y daba inicio a la puja. La primera caja albergaba la marca Sunnei, fundada en 2014 y conocida por su moda colorida y desenfadada de diseño muy gráfico. Muy pronto, la puja se encendió y el precio de salida, fijado en 6 millones de "fashion dollars", se disparó hasta alcanzar los 112 millones.La segunda caja fue llevada con cuidado al escenario por unos mozos de mudanza con guantes blancos, provistos de atornilladores. Al retirar la tapa, aparecieron los dos diseñadores: Loris, subido a los hombros de Simone. La puja inicial fue de 17 "fashion dollars"… El lote se adjudicó por 95 millones entre atronadores aplausos. Concluida la subasta, los modelos se escabulleron entre bastidores.
Solo Loris Messina y Simone Rizzo podían imaginar semejante guion para despedirse de su marca, llevando su demostración hasta las últimas consecuencias, en un momento en que el marketing y el storytelling se imponen sobre el producto y domina una sociedad mercantilizada. Como subrayó su nota, una declaración de intenciones, "Fashion is finance, creativity is for sale" (La moda es cuestión de finanzas, la creatividad está en venta)."Más que nunca, la industria actual se mueve por dinámicas ocultas pero poderosas. Esta performance no es una crítica directa, sino una metáfora teatral hiperbólica de ese mecanismo. La subasta de Sunnei aspira a ser a la vez un acto artístico disruptivo y una declaración conceptual, una puesta en escena visual y contradictoria del sistema, donde lo simbólico desafía a lo concreto y donde el deseo mismo se cuestiona", indicaron.La imagen del creador vendiéndose al mejor postor resulta elocuente y muy bien traída en el contexto actual, en el que los grandes grupos del lujo se muestran cada vez más voraces y omnipresentes en el mercado mundial, mientras que los jóvenes diseñadores y las pequeñas marcas independientes tienen cada vez más dificultades para sobrevivir.No es la primera vez que Sunnei interpela a la esfera de la moda. Hace dos años, la firma invitó al público a puntuar su desfile. De hecho, con los años sus shows se han vuelto de culto, atrayendo cada vez a un público entendido, entre experiencias inmersivas y performances artísticas. Así, ambos creadores fueron los primeros en desfilar en lo alto del rascacielos Pirelli, bajo la circunvalación de Milán pintada de blanco para la ocasión, o en el fondo de una piscina vaciada. En otras ocasiones hicieron correr a sus modelos en una carrera desenfrenada y los lanzaron al centro de la multitud. Recientemente, habían celebrado los diez años de Sunnei con un casting 100% sénior.