La joven firma de moda María de la Orden apunta a un crecimiento de dos dígitos en 2025. Respaldada por la fuerte imagen de la it-girl española que le da nombre (pareja de Edward Bouygues), la marca con sede en París da un paso clave en su desarrollo al inaugurar este julio un córner permanente en el prestigioso Bon Marché. Un movimiento significativo que refuerza su presencia en el mercado francés.
La instalación en los grandes almacenes parisinos es mucho más que un escaparate de lujo, es también un símbolo de madurez estratégica para una firma que, en menos de cinco años, ha logrado imponer un estilo distintivo y un modelo económico sólido, tal y como explica Laura de la Révélière, cofundadora de la marca y socia de la diseñadora María de la Orden. El estilo de la casa se caracteriza por siluetas con identidad propia y fácilmente reconocibles. “En la calle, se distingue un vestido de María de la Orden. Reconoces el estampado”, asegura De la Révélière. La colección permanente apuesta por colores lisos y rayas, mientras que las líneas de temporada introducen estampados florales y tonos más vivos, con detalles característicos como camisas con volantes, puños elaborados y una amplia variedad de vestidos fruncidos.La aventura comenzó a finales de 2019, fruto de un encuentro decisivo. "Empezamos con María las dos en diciembre de 2019", recuerda la directora general, "ella había lanzado su marca Mao Lua unos 10 años antes". La unión resultó ser un "amor profesional a primera vista", en el que María de la Orden, a la que describen como "supercreativa", se centra en el diseño, aportando nuevas ideas y modelos constantemente. El ADN de la diseñadora juega entre un soleado espíritu hispano y la sofisticación parisina. "En Francia nos ven como una marca española, y en España como una marca francesa", explica, añadiendo que en el resto del mundo, la etiqueta se percibe como marca europea.
Esta ambigüedad resulta ser una fortaleza, ya que la diseñadora también lidera otras dos marcas con operaciones independientes: La Veste, fundada con Blanca Miró y que ofrece un vestuario más "working girl", y Maison Ola, una marca de accesorios para el cabello lanzada con Gregory Mizele. Un trío de proyectos que, aunque parten de la visión creativa de María de la Orden, exploran territorios distintos. Para Laura de la Révélière, cada uno responde a un modelo propio, pero todos contribuyen a reforzar una identidad global coherente.
Desde sus inicios, la marca María de la Orden ha cultivado su presencia en las redes sociales, optando por un crecimiento orgánico, especialmente a través de Instagram. Este crecimiento está ligado a sus vínculos con las influencers españolas. "Las influencers españolas despegaron con fuerza y, en comparación con las francesas, estaban mucho más preparadas y eran más elegantes", explica la directora general. María conocía personalmente a estas prometedoras figuras, lo que resultó de gran ayuda en el desarrollo inicial de la marca.La cofundadora señala que la comunidad funcionó de inmediato, y que solo después de alcanzar los 100 000 suscriptores se empezó a pensar en los medios de pago. La oferta de productos también evolucionó, con un rápido aumento de 15 a 150 modelos, lo que marcó la estructuración de una verdadera colección, sobre todo con la contratación de un director de colección procedente de grandes casas de moda. El desarrollo de su oferta no se basa en una colección de temporada, sino en una estrategia de citas online. Para el lanzamiento de sus productos, la marca ha introducido una "cita de los viernes" semanal, complementada con un acceso anticipado para su club de clientes privilegiados, lo que le ha permitido reforzar sus vínculos con los clientes del otro lado del Atlántico.La marca, autofinanciada, también ha establecido un modelo de negocio rápidamente viable. "Somos rentables desde el primer año", afirma la directora general, subrayando un pilar fundamental de su filosofía. Esta autofinanciación, priorizada desde hace tiempo, ha dado a la empresa una libertad muy valiosa. "Si tuviera que volver a hacer una cosa, sería endeudarme antes", afirma Laura de la Révéliere, reconociendo la contribución del endeudamiento reciente a la aceleración de su crecimiento exponencial. La marca afirma haber alcanzado unas ventas de 4,5 millones de euros en 2024 y espera llegar a unos 6,5 millones de euros en 2025. Esta solidez financiera es una baza importante en un mercado que suele depender de la captación de fondos. "Nos permite hacer prácticamente lo que queremos", insiste, refiriéndose a la ausencia de presiones de inversores o banqueros, un círculo virtuoso que alimenta su agilidad.
Nuevas ambiciones de conquista
Los planes de la marca giran en torno a la diversificación de sus canales de distribución y a una expansión geográfica selectiva. Al principio la marca generaba el 80 % de sus ventas en España, pero ahora genera el 25 % en España, el mismo porcentaje en Francia, el 20 % en Suiza, el 10 % en el Reino Unido y está ganando terreno en los mercados alemán e italiano, a los que lleva echando el ojo desde hace varias temporadas. Esta diversificación es muy oportuna, ya que aunque España sigue representando una cuarta parte de las ventas, es un mercado que atraviesa dificultades.
"Hace cinco años, aportamos frescura al mercado, pero desde entonces han surgido muchas marcas, sobre todo marcas que llevan los influencers, y el mercado se ha vuelto muy competitivo", analiza la directora general. Al crecer en otros mercados, la marca puede suavizar la desaceleración en determinados países. Las pop-ups juegan un papel clave en este enfoque. Después de Barcelona en primavera, la marca ha llegado a Estados Unidos con espacios efímeros en ciudades como Nueva York, Miami y Palm Beach. Además, está prevista una nueva pop-up para septiembre en Nueva York. Pero la marca también quiere darse a conocer en Italia y Alemania, con proyectos que están a punto de ver la luz. La firma también está llegando a los grandes almacenes. En 2021, cuando solo era una pequeña marca digital, María de la Orden se fijó en Le Bon Marché para crear su primera experiencia. Con el tiempo, adquirió el gusto por la venta "física" y entró en Liberty en Londres y en el Corte Inglés, donde está presente en siete locales de Madrid y Barcelona. Una estrategia de grandes almacenes que pretende adoptar en mercados clave.
Por el lado del negocio minorista, María de la Orden, nativa digital, ha visto la importancia de abrir tiendas físicas. Se instaló en París, en la rue de l'Université y en la rue de l'Annonciation, y también en Madrid. Esta inversión se considera una palanca esencial para dar a conocer la marca. "Nos encanta estar cerca de nuestros clientes", afirma la directora general, que espera abrir nuevas tiendas a un ritmo de una o dos aperturas al año, y añade que la comunidad es "nuestra mejor publicidad". Está prevista la inauguración de una tienda insignia de 80 metros cuadrados en París para 2026. El comercio minorista también ha tenido que adaptarse, con una nueva oferta de productos para garantizar una propuesta coherente en la tienda, unos márgenes reelaborados y la creación de productos atemporales, que ahora representan el 30 % de las ventas.Otro motor de desarrollo ya en marcha es la diversificación de los productos. La marca está validando su expansión hacia la marroquinería, que "complementa los estilismos". Sin embargo, el lanzamiento de una minicápsula infantil se encuentra ahora mismo en periodo de prueba y la joyería está en fase de estudio. Las colaboraciones también permiten a la marca probar nuevos mundos: ha firmado un proyecto con OhMyCream en Londres, y su futura pop-up de Milán a finales de año está prevista con MyStyleBag. El arte de combinar el desarrollo de productos y la expansión geográfica.