Las empresas de consumo pueden afrontar el desplome de la natalidad. Solo tienen que virar su atención hacia los "baby boomers". La caída de la natalidad a mínimos históricos en los países desarrollados, combinada con una mayor longevidad, está transformando el mercado global de lo que comemos, vestimos y aplicamos en nuestra piel.
Sin embargo, a pesar de que las personas mayores tienen mayor poder adquisitivo, el mundo de los bienes de consumo sigue mucho más obsesionado con atender a los jóvenes. Es momento de que los fabricantes presten más atención a la llamada "economía plateada", donde hay un mercado para todo, desde alimentos y productos de cuidado personal hasta juguetes y moda.Japón ha sido durante mucho tiempo el epicentro de la atención a una población envejecida, desde centros comerciales dedicados a personas mayores hasta el empleo de cuidadores robóticos. Pero las poblaciones también están envejeciendo en Europa y Estados Unidos.
Aunque los niños aún superan en número a los adultos mayores en Estados Unidos, la diferencia se está reduciendo, según las "Estimaciones de Población Vintage 2024", publicadas en junio por la Oficina del Censo de EE.UU.A pesar de que los adultos mayores gastan más en viajes y comidas fuera de casa, la moda para mayores suele estar olvidada. Existe un mercado para ropa que sea elegante y adecuada para los "fashionistas plateados". Y dado que muchas personas mayores han acumulado activos a lo largo de su vida, se trata de un mercado potencialmente lucrativo en un momento en que la demanda en otros ámbitos es frágil.Cuellos más altos, más bolsillos y mangas más holgadas podrían incorporarse fácilmente a los diseños. El ser humano tiende a reducir su altura con la edad, de modo que ofrecer más opciones de largo en vestidos y pantalones de hombre sería también un cambio aplicable..Para las personas de edad muy avanzada, la destreza manual se convierte en un reto mayor, lo que hace necesarios los elásticos en la cintura y los cierres frontales. Las lecciones de la moda infantil podrían ser valiosas aquí. El minorista británico Marks & Spencer Group Plc ha creado una línea para niños con discapacidades o movilidad reducida, que incluye aberturas ocultas para sondas de alimentación, tejidos más suaves y la sustitución de botones en las camisas por cierres de velcro. No es difícil imaginar esas mismas características aplicadas a la ropa para mayores. Si se incorporara la tecnología, como tejidos que ayudan a refrescar el cuerpo, las prendas serían aún más eficaces.Pero quizá la mayor oportunidad para las empresas de consumo esté en lo que la consultora de tendencias WGSN ha descrito como “vivir para la longevidad”, es decir, prepararse a lo largo de la vida para los muchos años posteriores.Las industrias del bienestar y la belleza son las beneficiarias más evidentes. La producción de colágeno ya es un foco de las marcas de cuidado de la piel y de los fabricantes de vitaminas. Nestlé también trabaja en abordar el deterioro celular, que comienza en torno a los 40 años y se acelera en la década de los 60. La creatina, que aporta energía a los músculos y también puede favorecer la salud cerebral, está entrando en el panorama de la longevidad.El sector de consumo está fascinado con la Generación Z y la Generación Alfa. Pensar en sus años posteriores al mismo tiempo que se les vende la última tendencia no hará que el cambio demográfico sea pan comido, pero sí debería hacer a las empresas más resilientes.